Que la piel sufre más con las temperaturas extremas es algo que ya sabemos. Si en cualquier época del año debemos cuidarla, en invierno se hace aún más importante que tengamos en cuenta los mimos de la piel. ¿Por qué? Porque en invierno, la dermis sufre más con el frío, la lluvia y el viento. Además, solemos estar en sitios calientes para luego salir al frío de la calle, lo cual provoca un choque térmico que puede resecarla, agrietarla e incluso provocar quemaduras y dejar marcas.
Durante los meses invernales, debido al frío, los vasos capilares se contraen y, por tanto, el oxígeno llega con menos fluidez a nuestras células. Es por este motivo por el que se acumulan células muertas en la superficie de la piel. Debido a ello, luce más pálida y sin brillo y, posiblemente, tirante.
Los mimos de la piel en invierno
¿Y qué hacemos para evitar todos los estragos que el invierno puede provocar en nuestra piel? Pues mimarla más especialmente que en otras épocas del año. ¿Qué cuidados son esenciales?
Hidratación, imprescindible
Suena irónico que en la época más húmeda del año necesitemos un extra de hidratación en la piel, pero realmente es así. Usar productos específicos con ingredientes hidratantes y nutritivos es vital para mantenerla llena de vitalidad y de vida.
También podemos hacernos mascarillas caseras con aceites, aguacate y yema de huevo. Claro que no siempre tenemos tiempo para esto, pero intenta sacar al menos media hora a la semana para dejarla puesta. Verás cómo tu piel mejora y está más protegida contra el frío.
Rutina facial
Tal vez intensifiquemos nuestra rutina de higiene facial en verano, porque pensamos que la piel se reseca más que en otros meses. Sin embargo, en invierno la piel sufre igual o incluso más que en la época estival. Por ello, es necesario llevar a cabo una rutina de higiene facial tanto de día como de noche:
- De día. Antes de ir al trabajo, o cuando comience el día, limpia la cara con un jabón suave y una leche limpiadora hidratante, o bien con un limpiador facial hidratante. Aplica un tónico sin alcohol y una crema nutritiva con agentes activos que hidraten.
- Por la noche, seguimos los mismos pasos, pero usaremos para el paso final una crema de noche y, dos veces en semana, una mascarilla con aceite, aguacate, yema de huevo, miel y otros ingredientes hidratantes. Si vas justa de tiempo, una mascarilla con ingredientes naturales como esta es también una buena opción. Aplica, además, un sérum revitalizante con vitaminas que devuelva toda la belleza a tu piel.
Es importantísimo ser constante con este ritual, tanto por la mañana como por la noche. Evita los productos cosméticos con muchos químicos que no harán más que resecar la piel. También hay que evitar exfoliaciones agresivas.
Protector solar
Sí, en invierno también. Piensa que aunque esté nublado o haga frío, los rayos UV siguen en marcha y, por tanto, debemos proteger nuestra piel de ellos. Y estos, además, son los principales culpables del envejecimiento de la piel, el cual acelera la formación de arrugas o la aparición de manchas.
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