Las mascarillas faciales están de moda, y es que sus beneficios en el rostro son numerosos. De hecho, todas tenemos más de una mascarilla facial en casa, pero la pregunta que nos hacemos es cómo y cuándo utilizarla. Está claro que debemos tener una rutina de higiene facial diaria, y en esta se incluyen cremas y sérums, pero ¿y la mascarilla? Veamos algunos consejos y trucos para usarla en el momento y de la forma debidos.
Cómo utilizar una mascarilla facial
La mascarilla facial es un complemento a la limpieza que nos hacemos a diario y no un añadido más que incluir. Por ello, para que la apliques cuándo y cómo se debe, te damos unos consejos:
Elige la adecuada para tu piel
Elegir una mascarilla facial cada vez es más complicado debido a la gran oferta que hay. Cada una está indicada para tratar un problema o característica de la piel. Por tanto, es necesario que sepas qué tipo de piel tienes y con base a esto, escoger la mascarilla facial indicada para ti. De nada sirve que te pongas una mascarilla super buena para pieles grasas, si tu piel es seca, o una para acné si tu piel es madura sin poros abiertos.
Si tienes la piel seca, debes escoger aquellos productos que incluyan en sus ingredientes aceites nutritivos (de oliva, karité o aguacate) que ayudarán a evitar la sequedad y la descamación. Sin embargo, si tu piel es grasa o mixta, te recomendamos usar mascarillas con gránulos exfoliantes que absorben la grasa y mantienen la piel sin brillos. Además, las pieles más maduras, suelen necesitar una cosmética especial antiedad que, además de hidratar la piel, ayudan a prevenir las arrugas y frenan el envejecimiento.
Aplica la mascarilla una vez a la semana
Como decíamos, no hay que utilizarla a diario por varias razones.
- Por un lado, muchas de ellas contienen ingredientes grasos y nutritivos con el fin de hidratar la piel. Estos son intensos, lo cual puede provocar problemas con la grasa e incluso acné.
- Por otro lado, están las que son tipo peeling que se volverían agresivas para la piel si las usamos a diario.
De esta forma, se recomienda usar la mascarilla facial una vez por semana, para limpiar en profundidad y extraer toda la suciedad que se acumula en los poros de la piel facial. No obstante, si hay momentos específicos en los que necesitas una limpieza profunda o un chute extra de nutrición, puedes aplicar alguna mascarilla facial, aunque ya lo hubieras hecho esa semana. Estos momentos pueden ser una exposición excesiva a la contaminación, momentos de estrés que provocan sequedad en la piel, etc.
Prepara tu piel
Antes de aplicar la mascarilla facial es fundamental que la piel esté bien limpia y seca. Usa un exfoliante suave que abra los poros y los limpie en profundidad para que estos puedan absorber los ingredientes de la mascarilla cuando hagan contacto.
Enjuaga con abundante agua
Incluso si la mascarilla es de esas que salen por completo, es recomendable enjuagar bien el rostro con abundante agua tibia y aplicar crema hidratante específica para nuestra piel.
Por qué aplicar una mascarilla facial
Las mascarillas tienen muchos beneficios que se verán reflejados en nuestro rostro. Por ejemplo:
- Son terapéuticas. Relajan la piel y mejoran su apariencia general.
- Limpian en profundidad y mejoran el aspecto de la piel.
- Destapan los poros obstruidos.
- Ofrecen brillo y luminosidad a la piel.
- Hidratan en profundidad y nutren la piel.
Es importante que evites las mascarillas faciales con agentes grasos si tienes exceso de sebo en la piel y que evites las tipo peeling si tu piel es muy seca. Habla con profesionales, como los que encontrarás en nuestra web, para que te recomienden el mejor tipo de mascarilla facial para ti.
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