Ya sabemos que planear bien nuestra rutina diaria es fundamental para presumir de una piel fresca y cuidada, pero cuando te planteas ir más allá e incluir en esta rutina productos naturales, que respeten el medio ambiente o que sean veganos, las opciones se multiplican y puede convertirse en una decisión difícil.
Vayamos por partes. A la hora de etiquetar los productos podemos encontrar tres diferenciaciones generales: productos toxic free, cruelty free y ecológicos. Contar con una de estas etiquetas no necesariamente implica tener también el resto, por lo que debemos informarnos cuidadosamente antes de comprar.
Los productos toxic free son aquellos que evitan el uso de productos o sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para nuestra salud o son sospechosos de serlo, y que se usan habitualmente en la industria tradicional. Un ejemplo son los productos comedogénicos, que son aquellos que tienen la propiedad de obstruir los poros de la piel, generando las temidas espinillas, acné, puntos negros, etc. No se pueden clasificar los productos en comedogénicos o no comedogénicos, sino que se trata de una escala: algunos productos lo son más que otros.
Por otro lado, muchas veces asumimos (incorrectamente) que los productos naturales de origen vegetal están libres de riesgos. Por el contrario, muchos de ellos son comedogénicos, por lo que es fundamental elegir correctamente. Por ejemplo, el aceite de coco es muy comedogénico, pero tiene otras propiedades muy valoradas que dan grandes resultados en pieles sin imperfecciones. Por ello es importante saber elegir bien en función del tipo de piel.
Por último, debemos asegurarnos de que los productos que compramos están libres de ciertos productos que pueden tener efectos indeseados sobre nuestra piel, como son las siliconas, los PEGs (polietilenglicoles) y las grasas a base de aceite mineral. Muchos de estos compuestos, aunque no sean daniños directamente para nuestra salud, tienen efectos secundarios que no todavía no se conocen bien, por lo que lo mejor es evitarlos.
Otra de las preocupaciones más comunes de los usuarios de cosmética es que los productos que usan sean primero de todo, cruelty free. Desde 2009 la legislación europea prohíbe las pruebas en animales, no obstante, esta normativa contiene varias excepciones importantes, por lo que todavía pueden llegar a nuestras manos productos que no cumplan esta normativa. Además, en la sociedad digital en la que vivimos es especialmente fácil acceder a productos de todo el mundo, por lo que si queremos evitar comprar un producto testado en animales por error, debemos prestar atención a los valores de la marca.
Los productos veganos, aunque todavía no están tan extendidos en el mercado, son cada vez más populares. El término vegano todavía no ha sido legislado correctamente, por lo que es importante diferenciar algunos conceptos. Un producto vegano es aquel que no ha sido producido con ingredientes de origen animal ni derivados de estos. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya sido testado en animales. De la misma forma, un producto cruelty free no es necesariamente vegano.
Y qué decir de la cosmética ecológica. Algo que nos parece tan básico todavía puede convertir en un reto el encontrar productos respetuosos con el medio ambiente. Los plásticos han entrado ya en la cadena trófica, esto significa que están presentes en forma de microplásticos hasta en el agua que bebemos, con considerables repercusiones para nuestra salud. La cosmética zero waste es aquella que promueve la reducción del consumo de productos embalados o producidos con plásticos pero también el consumo impulsivo. Cuanto menos consumimos, menos desechamos.
3 comentarios en “Cosmética vegana y ecológica: mitos y verdades”
Gracias por ofrecernos información acerca de los blogs de cosmética vegana y ecológica así como los mitos y verdades que existen en ellos. Saludos
Gracias a ti por leernos. 🙂
Me encantan este tipo de artículos sobre mitos populares! Muy bueno e interesante. Gracias por la información. saludos